Un Cereal Para Cada Día

La planta y el ser humano
Si nos proponemos realizar una observación basada en la ciencia “viviente”, podremos experimentar el todo orgánico de las plantas, y con ello las fuerzas formativas, que componen sus tres ámbitos: flor y fruto, hoja y tallo y raíz. Podemos descubrir también en el ser humano los tres nexos de forma y función correspondiente a la planta:
HUMANO | PLANTA |
Cabeza (sist. neurosensorial) | Raíz |
Tórax (sist. respiratorio y circulatorio) | Hojas y tallos |
Abdomen y extremidades (sist. metabólico-motor) | Flores y frutos |
Con la ayuda de esta simple interrelación entre planta y hombre, se puede organizar la alimentación y comprobar su valor integral. Una comida debe contener algo de cada una de las partes de la planta. En el contexto, el cereal merece una consideración especial, puesto que en el grano de cereal se puede ver la tri-estructuración (raíz, hoja y fruto) y en una proporción que puede alimentar al hombre entero; por esto se lo considera “el alimento básico del Hombre”.
La importancia del cereal
Todos los cereales pertenecen a la familia de las gramíneas, esto implica que los tallos y hojas se forman por la luz. Además de poseer la particularidad de no dispersar sus semillas (como otras gramíneas), estos las mantienen unidas en forma de espigas, sustentadas tal cual una corona real.
Rudolf Steiner escribe que “(los tallos) Ellos son la continuidad de los rayos solares, yendo en dirección al centro de la tierra. Esta fuerza de acción está ligada directamente con el ser humano, expresión del “Yo”. El cereal ayuda al ser humano a erguirse y adquirir la posición vertical, siendo por tanto su principal alimento.”
LOS 7 CEREALES (Ceres-Demetria, Diosa griega, madre del grano o la tierra) son:
Trigo – Cebada – Centeno – Arroz – Maíz – Avena – Mijo.
ENTRANDO EN RITMO
La antroposofía le otorga mucha importancia a los distintos ritmos, tanto en el microcosmos (respiración, latido del corazón), como en el macrocosmos (movimientos del mar, estaciones del año). Se valora la importancia de vivenciar y registrar estos ritmos de la forma más consciente posible, de modo de ir refinando nuestra comprensión acerca de los distintos contextos de la vida. Sobre esta base, la antroposofía relaciona los siete tipos de cereal con el ritmo de los días de la semana y con los siete planetas, de forma tal que si se procurara alimentar con la mayor cantidad posible de cereales, se estarían estimulando todas las fuerzas planetarias.
Si bien la alimentación no debe ser un esquema rígido, sino un arte creativo donde diariamente hacemos y volvemos a hacer, se puede ver el siguiente cuadro como guía de un menú semanal usando el cereal correspondiente al planeta de cada día:
DOMINGO | TRIGO | Sol |
LUNES | ARROZ | Luna |
MARTES | CEBADA | Marte |
MIÉRCOLES | MIJO | Mercurio |
JUEVES | CENTENO | Júpiter |
VIERNES | AVENA | Venus |
SÁBADO | MAÍZ | Saturno |
El domingo se relaciona con el sol (domingo-dominus: el día del Señor); el trigo, lleno de luz, tiene la relación más estrecha con el sol. Se recomienda para todo trabajo espiritual, ya que aporta fuerza tanto a la cabeza como a los miembros.
El lunes se relaciona con la luna, que tiene repercusión en el elemento líquido. El lunes nos da la posibilidad de tomarnos las cosas con tranquilidad, manteniendo vivas las reflexiones del domingo. En este sentido, la planta de arroz provee un efecto meditativo y armonizador.
El martes se relaciona con Marte, el Dios de la guerra, y su cereal, la cebada, proporciona fuerza para actuar, tanto en el plano físico como en lo espiritual.
El miércoles contiene el nombre del Dios romano Mercurio, que une el cielo con la tierra siendo mensajero de los Dioses. El mijo fomenta los procesos calóricos del cuerpo, y cumple un rol unificador, al tener un efecto positivo sobre los órganos de los sentidos (ojos y piel), los cuales nos ayudan a tomar contacto con el mundo.
El jueves es el día de Júpiter, el padre de los Dioses, quien irradia generosidad y sabiduría. Al centeno se le adjudica esta cualidad que aporta a la sustancia terrenal, brindándonos firmeza.
El viernes contiene el nombre de la Diosa romana Venus, vinculada al amor y a los procesos de crecimiento. Es por esto que la avena, entre todos los tipos de cereales, es la que más se relaciona con las fuerzas constructivas, que dan sustancia y puede consumirse cuando falta energía, ya que aumenta la capacidad física.
Sábado es el día de Saturno, día que invita a la búsqueda de sentido de los acontecimientos vividos en la semana, para lo cual se necesita cierta seriedad saturnina, que viene dada por el maíz.
El ritmo en el Jardín
La vivencia rítmica impregna nuestras jornadas en el jardín a lo largo y ancho, esto incluye el momento de la merienda, el cual se planifica siguiendo las pautas aquí narradas. Niñas y niños, maestras y familias, ¡todos involucrados en el ritual del alimento!
Día a día llegan a la sala vegetales recién cosechados, dulces frutas de estación y la más diversa variedad de aromas y sabores, todo listo para cocinar. A la hora acordada, todos esperan expectantes en la mesa la llegada de la merienda. Primero, se hace presente el Hada del Fuego, acompañada de Ángeles, hilos de oro y rayos de luz. De a poco, las voces se van silenciando, ya es momento de cantar con alegría para agradecer a la Tierra, el Cielo, a los alimentos y todos aquellos quienes los prepararon.
Les compartimos a continuación nuestro cronograma de meriendas, el cual va acompañado siempre frutas y verduras presentadas de distinta forma, dependiendo del día y la sala:
LUNES | Arroz integral con semillas tostadas |
MARTES | Pan de cebada con untables |
MIÉRCOLES | Torta/galletitas de mijo |
JUEVES | Pan/pizza de centeno |
VIERNES | Sopa y galletitas de avena |
¡Buen provecho para todos, podemos comenzar!
Bibliografía: Material elaborado por la Nutricionista Dietista Matilde Palermo (Asesora del Servicio de Alimentación de la Escuela Novalis) para la revista Candil y texto “Planetas a la olla”.