Época de Pascua

CELEBRACIONES ESTACIONALES
En nuestra escuela, así como en las escuelas Waldorf del mundo, es tradición reunirnos en cálidas fiestas familiares o festejos internos en el ámbito escolar.
Estas celebraciones acompañan una respiración cósmica en la cual nuestras almas se disponen en cada época, por lo que dichas fiestas giran en torno a la celebración de las fiestas estacionales y cristianas, permitiendo el fortalecimiento de nuestro ser interior con la naturaleza que le rodea.
Entregarnos al paso del tiempo de esta forma distinta a la habitual, nos invita a experimentar lo que sucede en nuestro interior cuando asumimos conscientemente que somos este punto medio que habita sobre la Tierra y debajo del cosmos, y que como tal se encuentra atraído por la influencia de ambos polos.
Sin duda entregarnos a cada época nos permitirá con el tiempo conocernos mejor y vivir entregados a los procesos de nuestra comunidad con el impulso de cada fiesta: sembrando, germinando, madurando, cosechando y decayendo cada año, en constante cambio y evolución.
¿CÓMO VIVENCIA LA PASCUA CADA SEPTENIO?
Jardín
Los niños pequeños aún están totalmente unidos al mundo sensorial. Tiene sentido entonces que nosotros intentemos expresar nuestros pensamientos en actividades y gestos y por de pronto, vivir estos gestos y actividades con ellos en el crecer y decrecer de la naturaleza, sin dar explicaciones. Esto le da un buen fundamento para que en años venideros puedan acoger y comprender, poco a poco, las relaciones a nivel anímico y espiritual.
En la Pascua ayudamos a los niños a desarrollar la capacidad de asombro y contemplación. La Pascua refleja “muerte y resurrección”. En el primer septenio vivimos esto en los procesos de la naturaleza; ella nos enseña que en cada muerte está el germen de una nueva vida: en otoño las hojas caen y las fuerzas vitales se retraen para volver a nacer en la primavera. Así también las frutas que pueden servir de alimento o pudrirse y que en su interior albergan las semillas que posibilitará un nuevo ciclo de vida.

El día de Pascua en el jardín es uno de los más recordados y esperados por los niños. Desde varios días antes nos preparamos haciendo manualidades, decorando huevos que se van colgando en un bonito lugar y que en cincuenta días se transformarán en blancas palomas; contando el cuento y cantando.

Pero ese día una magia especial reina entre los niños que salen a buscar sus huevos escondidos y ven la liebre aquí y allá, un par de orejas blancas, un rabito … y finalmente ¡encuentran su huevo!
Parece que la fiesta terminó, pero a la liebre la siguen viendo varios días después, saben que ha ido a llevar otros huevos, pero que el próximo año volverá, porque como la vida, el ciclo volverá a comenzar.
Primaria

En la primaria la época de Pascua se vivencia a través de diferentes propuestas que generan el ambiente pascual. Dentro de las aulas las mesas de estación cambian sus ropajes (manteles rojos y verdes, liebres y huevos, elementos de la naturaleza), llegan los relatos y canciones que llenas de imágenes otoñales acompañan el ritmo y el respirar característico de esta estación.
Es habitual que comencemos a preparar un cuenco de barro u otros materiales, allí los niños y niñas colocan tierra fértil y siembran semillas. Observar en estos días de Pascua esta pequeña cuna sagrada y apreciar con serena veneración las transformaciones que ocurren allí, nos llenan de esperanza y alegría: muerte y resurrección.

También pasa la liebre por primaria, y los niños y niñas de todos los grados, desde los más pequeños hasta los más grandes, se sumergen en esta aventura de buscar los huevos decorados que las liebres, ágiles y secretas esconden cada año por toda la escuela.

BITÁCORA PASCUAL:
Cada celebración guarda un lugar especial en nuestra memoria, ¿recordamos?