El niño y la televisión, juegos de la computadora y comics

Extraído del sitio web “Médicos escolares orientados en la Antroposofía”.

El niño y la televisión, juegos de la computadora y comics

¿Por qué razón, justamente el medio televisivo daña de manera tan perdurable el desarrollo del sistema nervioso y los órganos sensorios en la infancia?

Proceso visual no fisiológico y desintegración de las actividades sensorias.
Al mirar la televisión, los ojos se encuentran rígidamente orientados a la pantalla, mientras que allí se está moviendo la imagen. El niño se encuentra sentado en la misma posición muscular-rígida fascinada, delante de la pantalla, sobre la cual, velozmente se desplaza una corriente de impresiones sensorias visuales. La rígida posición muscular ocular, se transmite a toda la musculatura corporal. El proceso de la visión se lleva a cabo así, anormalmente, dado que, en la visión normal los músculos de los ojos se mueven de un modo muy diferenciado, “recorriendo” el objeto de lo observado. Además, ningún color, ninguna proporción concuerda con la realidad, lo espacial se proyecta sobre la superficie. Solamente dos sentidos pueden comunicarse: ojo y oído, mientras que los demás sentidos casi no reciben estímulo alguno, fomentándose de esta manera, la desintegración de sus funciones. Gráficamente expresado podríamos decir: no solamente la parte del ojo, sino el cuerpo en su conjunto, es colocado dentro de un “yeso”. Ese hecho, se aprovecha en las clínicas de ojos, por ser la única posibilidad terapéutica para mantener quieto al ojo al cabo de una operación. Mirando televisión permanecen en quietud los músculos oculares, lo cual es una ayuda importante para su curación. ¿Qué sucede empero entonces, cuando a lo largo y a lo ancho del mundo, incontables niños entre tres y doce años miran televisión entre cuatro y seis horas? En oportunidad de ocho horas de sueño en término medio y el tiempo necesario para las comidas y la escuela, un niño de doce años tiene aproximadamente un tiempo de seis horas para el juego libre, actividad propia y el movimiento. Allí, tienen lugar los procesos de fomento evolutivo más importantes. Si partimos de un tiempo calculado más bien escaso de dos horas diarias, podríamos considerar que un niño de doce años en su vida actual se ha encontrado casi todo un año de su vida “enyesado”. 

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Post by Colegio Waldorf

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