Camino hacia la Navidad

Oh corona de Adviento
luz en la oscuridad,
alegría que yo siento
al ver tu quieta paz.
Una vela al comienzo,
luego dos encenderás
cuando sean tres y cuatro
llegará la Navidad.
Llega el equinoccio de primavera y comenzamos a transitar el camino hacia la Navidad.
Vivenciamos la época de “Adviento”. Esta palabra procede del verbo latino “advenire” que significa “llegar”.
La época de Adviento son cuatro semanas de preparación antes de la llegada de la Navidad.
Es una época para cultivar la espera y generar la retrospectiva del año. Es ir dentro de uno mismo para encontrar la luz interior.
Los Ángeles de Adviento (Azul, Rojo, Blanco y Lila) nos cuentan como tenemos que preparar nuestra alma para recibir la Navidad.

El Ángel Azul
Está ligado al reino Mineral.
Su llegada nos anuncia algo importante, visualizar las piedras del camino, lo que quedó atrás, lo que se transformó, lo que queda por pasar.
Un NUEVO PENSAR comienza, más altruista, generando una imagen cual si fueran cristales elevándose.
El ángel pasa y habla a todos los hombres y habita los corazones con bellas melodías.
El Ángel Rojo
Está vinculado al reino Vegetal.
Esta semana nos convoca a tener mucha perseverancia y superar las adversidades, morando dentro de cada uno, serenidad plena de armonía y venturanza.
El ángel Rojo mira en nuestros corazones para ver si encuentra en él, un poco de AMOR verdaderamente PURO. Ese amor lo guarda bajo sus alas para llevar al cielo y así transformarlo en luz para las estrellas.
El Ángel Blanco
Se relaciona con el reino Animal.
Se presentan sensaciones y tentaciones dentro de nosotros con respecto al querer. Se vive inseguridad, deseos superficiales.
Nos invita a trabajar el RECUERDO para superar lo pasado, generando un ambiente de CORAJE y posibilidad de hacer algo nuevo. Nos preparamos para conquistar la META con entusiasmo y alegría.
El ángel Blanco llega a los hombres donde el ángel Rojo vio amor puro y les toca con su rayo de luz iluminándolos internamente y brindando su calor.
El Ángel Lila
Está vinculado con el Yo.
Comienza a surgir una identidad plena de AMOR. Un PENSAR transformado, un SENTIR redimido y un QUERER controlado desde la voluntad.
Camino de TRANSFORMACIÓN Y RESURRECCIÓN.
El último ángel, es un gran ángel, el que aparece en el cielo y sobrevuela la tierra, llevando en sus manos una lira.
Su música es el gran canto de la PAZ, las semillas que duermen en la tierra, al escuchar tan bella melodía, despiertan y algún día ha de ser un nuevo PARAÍSO de DIOS.
El Espiral de Adviento
La naturaleza se encarna en forma de espiral. Se está esperando el nuevo nacimiento y ese camino en espiral nos guía hacia un camino interior.
La vela del centro representa la luz que irradia y se expande en todos nosotros. Comienza el camino de un nuevo nacimiento.
Recorrer el espiral nos lleva a una retrospectiva y al encender la luz, regresar interiormente renovados.
En cada Navidad Renacemos
El buscar de la luz interior en el silencio del adviento,
permite que su presente se expanda tanto como le sea posible
en un intento de percibir la eternidad.
Aportes :
Mara Rubia Ribeiro
Soline y Pierre Lienhard
Verónica Chilindrón
En la pedagogía Waldorf se celebran cada una de las estaciones. Su llegada, su paso y su cambio. Se celebran plenamente con el cambio de la mesa de estación, de las actividades diarias, con la observación de la naturaleza, de la luz y la oscuridad.
Es inherente a la pedagogía Waldorf la vivencia de la cultura en que nos hallamos y del ritmo anual, tanto en nuestro entorno y naturaleza, como en las actividades que llevamos a cabo.
Esta vivencia rítmico-cultural le da al niño/a una estructura en su formación como persona y forma parte de la educación de la voluntad y de la percepción espacio-temporal.